El festival del millón de dólares

Sin duda que para Chile, el festival de la canción, es uno de los eventos mas esperados en el verano y el año completo. Una semana de talentos indiscutibles e infalibles, pero no totalitarios. Cuenta con una de las mas altas recaudación, producto de su publicidad local e internacional, (canales de televisión, Internet y radio), y sus diversas figuras participantes, son pieza fundamental en cada uno de sus días de espectáculo. Durante los años de historia se han ido acumulando, en la memoria de las personas, diversas estrellas, reconocidas a lo largo del mundo o con popularidades creadas en este mismo certamen, que los a llevado a ser publicitados a lo largo de los siete o menos continentes.

Sergio Lagos es el correcto y merecido animador de la nueva época, luego del recambio de la casa televisiva. Es un hombre que a cambiado el estilo forzado, intelectual y correctamente adecuado de animar... en cambio a traído vivacidad y mezclas personales de lucidez de redacción y vanguardismo propio de los hombres y mujeres del nuevo siglo en vida.

No les mentiré, la verdad es que no me vi muy interesado por ver este año el festival de la Quinta Vergara, hasta el momento en que lo observé en el hogar de mi novia, donde tampoco lo pude atender a su cien por ciento, por el hecho de ser visita, la que debe acomodarse a las exigencias de los dueños y participantes del diario vivir. La motivación de ellos me provocó internarme, posteriormente, en el contexto actual del show viñamarino.

Pienso que el festival ya no es lo que solía ser, donde el pueblito armaba el espectáculo y confirmaba a sus artistas, donde la competencia de folclore era de ello y no de reggaetón o música comercial. El escenario que de tablas simples pasó a disfrazarse de concha marina, ahora está convertido en algo muy parcial, parecido a cualquier escenario festivalero del mundo, en el que se repleta de luces y parafernalia posible con el tramite y traspaso alocado de dineros; me parece raro no hablar de tráfico legal de dinero, que va desde cada uno de los artistas y personajes que interpretan algún rol sobre la Quinta Vergara, hasta cruzar e internarse en los dueños de las empresas o industrias.

Un ejemplo claro del interés monetario de la semana de la diversión fue lo ocurrido con la elección de reina, donde al ofrecerse un millonario premio por tal reconocimiento, las candidatas aumentaron notoriamente y con facetas mas humilladoras... día tras día. Mujeres auto desnudándose o peleando con sus esposos ficticios, para obtener mayor atención de los medios de prensa. Las lágrimas brotaban como lluvia en el invierno. Por otra parte estaban las otras candidatas, que ofrecían cuerpos desnudos, envueltos de cebo y plásticos de operación - silicona abundante - como a pasado en todos los años anteriores. La evidente lucha de la naturalidad y el cuerpo transformado, para las tallas perfectas, también se hizo presente.
Finalmente la corona se la llevó la alicaída hermana,(envuelta en poca gracia corporal), de una patética miss universo, que tuvo que casarse con un presidente corrupto, estafador y ladrón, ¿hay político qué no lo sea?, para mantener su insuperable fortuna y vida.
Reina del festival de viña por las antiguas capacidades de la hermana, quien la dejó en segundo plano al aparecer con un traje recordado por su desnudez, en la gala iniciadora del festival de la canción. Esto es lo que piensa y reconoce la gente simple y la comunicadora de espectáculo. No olvidar el detalle importante, que la mujer escogida como reina, fue la misma que se criticó por sus supuestos mareos, luego de un par de copitas de alcohol.

En el festival hay buenos y malos artistas, cambios a lo largo de sus años que lo han hecho ser comerciable y exportable a lo largo de todo el mundo, a traído farándula y competencia sin igual, que a hecho enloquecer a unos y enriquecerse a otros. Sin duda que simplemente hay una oportunidad en cada año para vivir tal evento, tales jornadas de espelusnante talento y abaricia, como las vividas en el festival del millón de dólares.