Es tan complicado haber vivido siempre sin ser entendido, o sin que se logre llegar a entender la manera de sentir, de un hombre distinto al general de los actuales. A veces siento el odio ante estas maneras propias, qué quizás produje, sin la intención de ser, hacía el mundo vivido, perteneciente y aprendido de vivos y muertos comunicativos.
Nadie entiende las líneas de mi supuesta poesía, nadie entiende el sentido de mis historias o lo que siento al escuchar la melodía en el aire, (aquello que imagino impregnado en mi cráneo)... a veces siento que la gente entiende nada, y no se dan cuenta, ni se detienen como yo, para analizar el mundo de las vanidades, para verse tan patéticos como ratas en laberintos sin salidas.
Uno a veces llora y en otras se endurece, también limpia sus ojos de lágrimas ya solidificadas; ellos piensan que uno lo hace por ellos, se preocupan, y manifiestan que lo mejor es no pensar en ello, no detenerme en tal estado, que es mas sustentable el goce de la vida, para así no meditar tanto sobre las cosas importantes que me dejan navegando por otras costas. ¿para qué pasarlo mal o sufrir?. Ellos no entienden que lo hago por mí y no por sus humanidades avergonzadas... son ellos los que nunca han sentido la maravilla de llorar, enojarse o ilusionarse con morir.