Libro cortado

Hoy me sucedió que luego de bastantes días y horas de lectura entretenida, unida a música que tapaba mis oídos, para olvidarme un poco de la cruel realidad que cada día acecha en mi hogar y respectivamente mi habitación, sucedió un hecho sinceramente espelusnante; en las páginas finales de " Martin Rivas" la numeración comenzó a cambiar extrañamente y el sentido ya no era tal. Creo que casi diez páginas estaban en desorden, y las que buscaba esforzadamente nunca las encontré. Uno debe imaginar o inventar posibles sucesos que lógicamente no se habrán dado, para así intentar provocar los lazos de los hechos relatados por el mítico autor.

Esto es un sacrificio para mí, ya que volví a buscar y leer este libro luego de los años, ya que en el colegio me lo habían repasado durante todo un año, de manera enfermante y sin el agrado de mis actuales años de madurez; como uno era pequeño en todo sentido de la palabra, no cabía en mi memoria ninguna frase u oración de la obra legendaria de Blest Gana.

Resulta, yendo directamente al punto que quiero hacer mención, que no importa que ahora los muchachos queramos bailar entre párrafos y volver, tapando los orificios cerebrales del pasado, a introducirnos en obras clásicas, porque la edición o simplemente llamémoslo - destino - se interpone para darnos fuertes dolores de cabeza y angustia literaria.

¡ Exijo una maldita explicación don Galbarino !

El cierre del pantalón

Creo que a todos les a sucedido la situación. Uno va felizmente caminando por la ciudad que lo vio nacer, realizando distinto tipo de tramites y paseos locos, con esos pantalones que te aprietan hasta el alma, dando pasos pequeños porque no puedes dar unos mayores. Cualquier movimiento siniestro podría ser la exposición pública de cualquier órgano bajo del cuerpo. Uno suele ocupar pantalones anchos, por mismo efecto anteriormente comentado, pero como no quedaban otros te has puesto esos que usabas cuando aún eras un joven de colegio. La peor idea que uno puede tener dentro de su incapacitada cabeza.

Luego de caminar toda una mañana y tarde, yendo por todo el país, y sin entender porque razón la gente te mira de todas formas posibles, sin limites de edades ni sexualidades. Algunos se ríen, otros se enfadan y hasta corren de mi presencia, como si yo fuera una especie de violentador o maquina de guerra.

¿qué fue lo que sucedió? ... al llegar a mi casa me di cuenta que el cierre del pantalón estaba abajo y quizás hace cuantas horas ya se producía la exposición.

Ahora los jovenes dividen la sociedad

Cuando yo era pequeño, porque aun que lo duden yo también lo fui, uno al referirse a una persona de las bajas alcurnias del país solo le decía pobre o resentido social, y a los de la alta les decía cuicos o empresario adinerado, pero ahora me he dado cuenta que se a formado una invasión de muchachines que ha intentado cambiar estos conceptos, no sé si para que suenen más livianos o no afecten la moral ni la paciencia de los dos núcleos. La sinceridad se perdió, y la línea recta a la verdad.
Las pelo lais son unas locas que se creen de la aristocracia y de la clase pura, a lo neo nazis pero indecentes, vistiendo sus atuendos que actualmente son parte de la clase alta... no por la forma sino por el dineral que han gastado sus padres en los lujos de estos nuevos fenómenos del país. No olvidar a los muchachos pokemones, producto de las diversas especies del país; es como estar hablando de las nuevas tribus del continente africano; que por dinero no superan el medio pelo. Algunos quieren llegar a ser pelo lais sabiendo que nunca lo podrán llegar a ser, la separación de las clases como siempre tan evidente, pero son chicos felices y extraños, con cada locura en sus caras que ni lo podrás creer.
Pero una muchachita me a enseñado que hay pelo lais pobres y pokemones con dinero, osea toda mi teoría se va a la misma mierda. No se respeta lo que antiguamente era acordado como lo de las mujeres pelo lais de la aristocracia. El mundo está bien descontrolado y uno no sabe cuando va a parar, se crean nuevos conceptos, unos sobre otros, y luego se vuelven a alterar.
Usted ya sabe, si hasta para la prostitución se han creado frases dentro de estos esteriotipos de personas. Los poncios y las pelaas .. que no son mujeres cancerijenas, aunque no creo que falte la persona que ya haya roto el esquema.
Usted sabrá nombrar y elegir a su acompañante, no se confunda ... está todo muy claro chicas y chicos pobres y adinerados, prostitutas y muchachos de la vida diurna.

Cuerpo flotante

Era una noche fría y descompuesta, donde mi mente se nublaba de cansancio y dolencias. Al caer sobre mi colchón andrajoso, a los breves minutos de contemplación vivencial, mis ojos y fragmentos de tejidos se cerraron por arte de magia, cosa que no evito sentir la presencia de especies flotantes, (almas conocidas), cercanas a mi cuerpo, que tomaban de mis brazos con la intención de elevarme hacía los cielos... no sé a causa de qué. En esos momentos me encontraba totalmente inmovilizado. No había forma por la cual yo pudiera oponer resistencia a tal maltrato.
 

Al abrir los ojos y mirar ha aquellas posesiones que dominaban mi cuerpo, pude apreciar a dos familiares que habían muerto hace algún tiempo dentro de mi hogar... mi padre y abuela. Siempre acostumbrados por limitaciones de afecto espontáneo.
La conciencia se perdió, y luego de los minutos u horas, de eso no estoy muy seguro, volví a abrir los ojos; mi cuerpo estaba absolutamente impregnado de sudor y temblores corporales.

Lo que nunca he tenido claro desde ese instante, es si esto haya sido un simple sueño por el cansancio de un día, o la realidad, para nada distante, de hechos anteriormente ocurridos.

Las mujersuelas de Dios también juegan en la nieve

Mientras los niños felices de la vida salían de sus casa a ver algo que quizás sus cortas vidas nunca antes habían presenciado, con ojos y pensamientos alocados, por el hecho de estar viviendo la fantasía de lo desconocido que sólo se veía en películas de navidad, en otros lugares de la ciudad habían millares de accidentes automoivilísticos, porque los no tan niños se lo creían y jugaban con sus autitos, pensando que estos eran locomotoras voladoras o aviones flotadores... al estilo de "volver al futuro".

Mientras todos estos hechos acontecían y nosotros los podíamos presenciar gracias a las cadenas noticiosas de televisión, habían otras personas que salían de su amarga vida hacía las calles, creyendo que era todo esto una grandiosa obra de la hermosura física traída por el maestro o patrón celestial... llamado don Juan Dios. Las mujeres de Dios habían salido de sus capillas y conventos, con sus trajes negros y blancos, a jugar como si fueran niños o personas comunes y corrientes, porque en realidad lo son, aunque la gente siempre se olvide de eso y les demuestre garantías inigualables.
Cuando la felicidad había acabado con muchos chilenos muertos, por el hecho de la vida callejera, y muchos otros felices por sus situaciones acomodadas, las maquinas comenzaban su trabajo de recolección de nieve, guiadas por las monjitas esclavas del señor. Nada presagiaba el suceso espantoso que en las proximidades iba a ocurrir. Luego de que se recogió toda la sustancia blanca del sector, sobre la calle central, se vio un cuerpo de hombre con mantos blancos; era la cara de Dios en medio del sufrimiento, dentro de los sectores donde las monjitas habían jugado como pequeñas niñas sin límites. El desconsuelo fue sin fronteras al ver que la nieve fue tan fuerte que hasta el mismo gran señor había caído. Ellas mismas, quienes rezaban y habían entregado toda su vida a la religión, habían proporcionado las agresiones y pisadas mortales sobre el cuerpo ya fallecido del señor y jefe de la nación.
Al día siguiente se encontró el cuerpo por la policía y las damas de blanco señalaron sin miedo alguno, y desligándose del tema : Hasta Dios se cayó y ningún samaritano lo recogió.

Once marcas en la piel

No recuerdo alguna época en la que no haya estado cerca de ser lamentado, por la tragedia del mundo ... la psicología de mi ser y lo más cercano a lo físico de lo mío propio. Hay momentos que corren como el líquido derramado de un envase mal tratado. Esta vez fueron los vidrios clavados en mi cara ... (en mi frente y nariz) ... no sé porque razón no se fueron desplazando hacía el cuello o el corazón. Muchos me dicen que en realidad me debería sentir afortunado, de cierta forma, por el hecho de no haber muerto en el accidente, y quizás ellos tengan la razón.
Yo sé que ahora fue simple la situación, sin olvidar que anteriormente fueron muchas otras cosas las vividas, cómo las tantas que viven las demás personas, de diversas procedencias y oportunidades. Pero no creo que esto se detenga aquí; quizás si haya sido el punto final del nerviosismo constante de los hombres de mi contorno, y lo digo tan así, porque me percaté que en mi caso personal, el nerviosismo por esta posible fatalidad no existió ... me comportaba como si nada hubiera ocurrida, quizás de una parte a ésta, ya le haya perdido el miedo a los eventos extremistas y a las posibilidades de mi muerte.
Quizás elaboré tantas burlas ante el señor, en mi pasado, que ahora él este jugando y riéndose de mi seguir... me salva de una de las tragedias máximas, para seguir probando nuevas oportunidades de venganza, lujuria o desviación ante su propia y ahogante prestancia desenfrenada ante los hombres vivos... como estoy seguro, de los que él una vez fue, impregnado del sufrimiento ajeno.
Ésta historia no se acaba y quizás muy pronto se vuelva a reanudar... con once nuevas marcas en el cuerpo.