Por mi ventana cae la muerte

El mundo está enloqueciendo cada día más !

tú te sientas en el antiguo sillón de la tradición familiar, con tu impermeable a la moda, sin ganas de salir a la calle, con un poco de miedo a esa vida balbuceante. Ves como llueve, pero no son gotas de la naturaleza creada por Dios, son personas que se lanzan de los edificios para intentar de terminar con esta enloquecedora vida. Hechos creados pro los hombres creídos y convencidos en ser Dios. Si tienen suerte esos hombres comunes con aires de grandeza, con ansias de volar sobre la raza decepcionada de la tecnología, se romperán las cabezas y subirán al cielo, de poco merecimiento, aunque no sé si sea tan buena esa idea.

Y tú sigues sentada mirando el espectáculo del descabezamiento, con tus ojos llorosos, las nubes rodeando la experiencia, y tu nueva actitud paralela ante la vida violenta. Desde tu sillón familiar que va de generación en generación, sin desteñir, sientes y observas como cada nuevo nieto toma su pocisión sobre ti, aplastandote y burlándose de tus conceptos inculcados en la antiguedad, por sus antepasados y los tuyos, viendo con más desenfreno a cada segundo las nuevas locuras del mundo en desgeneración progresiva. Sin límites ni espacios para rezar.

Tú sigues con tu impermeable seco, siendo testigo de las lágrimas teñidas de rojo, que caen por la ventana del edificio, y tu cuerpo ya herido no puede ser firme como hierro, ya no resiste tal sufrimiento que pareciera sueño pero puedes ver los cuerpos cayendo muertos.

El miedo baña a la ventana mojada de tu habitación, del séptimo piso del departamento de los enterados en el infierno.