Florida: la comuna perturbada

Aquí la gente comenzó a cambiar en relación a como eran antes. Por ejemplo, a cuando yo era un simple bebé o un adolecente de envase; porque ahora ni siquiera se puede ir a comprar a la esquina de la casa sin que se escuchen gritos, balaceras, gente mutilada y tantas barbaridades del nuevo mundo de la comuna popularmente conocida por su vulgaridad y delincuencia. Muchos han tenido suerte de poder tomar sus cosas y mudarse a comunas de las mas prestigiosas de la ciudad, pero también estamos los otros muchos que nos hemos tenido que quedar a convivir con la matanza diaria, matutina y nocturna.

Un amigo de buen y revolucionario corazón me comentó hoy en la noche sobre su caso en particular. Hablo de la guerra que viven muchos sobrevivientes a diario por aquí. Hechos que todos los hombres de empuje social y sinceridad espontánea lamentamos profundamente.
No a sido la muerte de algún personaje valioso del país lo que nos a traído a estos lados, para ser relatado, pero si, el hecho, de la desaparición de un objeto de transporte que venía acompañado del alma jovial y virgen de su novia, (de la de mi hermano de amistad), que por causa del miedo no dejó de llorar en todo el día, y con mucha razón luego de un asalto que ya es cosa común en este barrio peligroso llamado "La Florida".

A puertas de las celebraciones de dieciocho de Septiembre, en el momento esporádico, donde la gente se supone que puede ser feliz y emborracharse con pasión y sin miedos de los resultados de cirrosis, es el mismo instante en donde mas se enfrentan tales hechos de celos ante las posesiones materiales dentro de la urbe. Los vividores de los ajeno. Accionares descerebrados y solo pertenecientes a escorias en pena, de la anti-sociedad, que viven deambulando y rescatando vidas sanas para construir sus oscuras esencias delictuales.

El ave blanca y pura, como aquella papal que disfruto de los cantos santos , que hoy cruza la Cordillera de los Andes hacía el mundo, internándose en las aguas cálidas de la sanidad humanitaria, es aquella misma que han destruido los cesantes voluntarios del aprendizaje. Ahora el ave a caído a mitad de su camino, sin plumas, sin tripas y sin gotas de sangre que resten a su aturdido cuerpo.

(Esto es un reflejo de lo que sienten muchos jóvenes comunes acerca de la delincuencia de sus comunas... vivan donde vivan)