El felino alucinógeno

La pequeña Alicia, que se encontraba inundada en un mundo de las maravillas, sin buscar razones ni encontrarlas, de un momento a otro, luego de haber vivido tantas locuras y en tan poco tiempo, se encontró sin duda con la peor de las invenciones que la droga transitoria en su sangre podría hacer verle. Un felino encaramado en la oscuridad de la desenfrenada conciencia se reía de ella, al mismo tiempo que desformaba su cuerpo y lo hacía brillar, cambiando de colores y dándole una magia un poco psicodélica a la fantasía mental. Todo esto para él era un simple juego, quizás muy común o sin dificultad de ser realizado.
El mundo de la fantasía se había transformado en el de la pesadilla. Como lo produce de poco a poco el lógico tramite de la droga en el cuerpo de los adictos, y sobre todo si es el de una pequeña niña huérfana, sin padres. Pero debe ser dicho, que las mismas alucinaciones que ella estaba por primera vez conociendo, y las que ya la estaban sometiendo, eran las que definitivamente eliminaron a sus padres, y porque no decir... a toda su familia.

El felino en cuestión,(ejemplificación máxima de alucinación), bajó de las alturas de la naturaleza mental y se dispuso a danzar desde los brazos de la pequeña niña enferma; con ojos entintados en lila y delgados brazos con correas y moretones; sin tener el mínimo cuidado, en ningún segundo, por la seguridad de la resegada en condición natural.

El animal imaginario se sentía viajando desde la subconsciencia de la humana aniquilada; dentro de la poca masa cerebral utilizable, por la enajenación producida con las sustancias ilícitas; hacía la realidad,ese mundo impenetrable para él. La ficción se volcaba con sueños para vivir del mundo palpable. De esta manera aquella ilusión o deslumbramiento, podría ser libre del espacio de tiempo mental y corporal, para así poder viajar de lugar en lugar, y seguir con sus encías de atormentar cabezas influenciables, de pequeños criados por los cuentos mágicos, las películas infantiles sin sentido alguno, o aquellos cuentos que dan mas miedo a la vida que alegría a los niños.

El felino finalmente pudo huir de su vida tan dependiente del ofuscado precepto de los niños, jóvenes y adultos, para de esta manera internarse en el circulo más preciado de la vida cotidiana del pueblo unido, logrando desde este mismo lugar, vender los fluidos necesarios para poder ver su sueño e imagen realizada. Nada de cocaína, mariguana u otras sustancias, sino la misma programación infantil que daña el cerebro de los niños y quienes los acompañan, solo así, logrando cada día más, el crecimiento del felino alucinógeno.

Los adultos, elaboradores del material infantil, parecieran ser drogadictos con capacidades anormales de ver cosas que nadie mas pueda percatarse, o quizás, personajes con una sensibilidad sobrenatural que les permita ver sustancias amorfas, como la de muertos dando vueltas por la Alameda, comprando ropa barata y bailando al son del bailoteo dominical.