18-01-2007

Perdido en la avenida central



Subía y bajaba por las calles,. atravesaba ambas avenidas y los números simplemente aumentaban, no se reducían. Estaba en el centro de la cuidad, donde la gente no se demora ni siquiera dos segundos para mirar lo que sucede alrededor, todos corren como animales locos esperando llegar a sus trabajos de oficina, y si no se presenta aquella situación, esperan que las personas con dinero, que se van cruzando cada vez más ganosas de su potencial adquisitivo, les llenen las manos con la preciada “gamba” o “luca” chilena.

Esta es mi hermosa cuidad central chilena, al centro de ella misma, cual atravesaba en la tarde de hoy, donde tenía una reunión a la que nunca llegaría. Fue demasiado complicado encontrar la cifra que me habían dado la directiva estudiantil municipal, ya que los números no calzaban.
 

Quizás era todo una mala broma de “video match”.
Sin la intención de molestar a mis propios intereses o propósitos directivos, decidí surgí hacía la avenida principal, ya cansado de intentar buscar un lugar al cual sabía que nunca llegaría, o que me presentaría muy atrasado para la vergüenza de mi persona y el cargo que debía representar y respetar ante la comunidad, sin olvidar que intervendría el fluido desarrollo de mis pares, (lideres estudiantiles).
De esa manera continué caminando y viendo rostros usados, junto a un sol interminable. Tal vez las caretas personales no se veían tan usadas como la mía, pero al verlas parecieran las más toscas y arañadas que hubiese visto en la poca experiencia de vida que tengo.
El sol pegaba tan fuertemente que mis pies pedían y añoraban descanso, al igual que mi hombro derecho que ya estaba agotado del roce poderoso con mi pesada mochila abultada; pero, sin duda, sabía que tenía que seguir el camino aunque la dirección no había sido la misma del principio y no sabría a donde mi mente me dejaría caer .
Comencé a ver puertas oscuras y espacios de puertas, estaba circundando lugares extraños y desconocidos, al interior gente que me miraba como si yo hubiera tenido la intención de robarles. Mediante pasaban las horas cada vez mi cuerpo respondía de manera más lenta y sin sentimiento, pero fue en ese momento donde atravesé una gran calle, llena de personalidad algo humildes de aspecto, de esa manera llegando al nuevo sitio que tanto buscaba llamado San Diego.
- ¿tendrá el libro el proceso de Kafka?
- No, no le tenemos esa clásica emoragia sustantiva
Seguí preguntando eso durante toda la galería de libros usados, pero ni huellas del cartón y los papeles que buscaba, no estaba la creación de Kafka por ninguna parte, pero al mismo tiempo me di cuenta de que mi capital tampoco era muy evolucionado, solo tenía mil pesos.
Continuando mi caminata y recordando que había buscado anteriormente un poco de poesía, la que no había encontrado en ninguna parte, pero que aquí sabía que podía encontrarla, quizás por un precio más económico, según las posibilidades que ahí yo tenía.
Finalmente he llegado a casa junto a Pablo Neruda, el que me ha hablado de sus 20 poemas de amor y una canción desesperada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Llegaste a Chucre, si te imagine caminando por Stgo centro.
Ayer fui a Matucana, i en el metro llego una señora qe tomo de un brazo a su hija, i la hizo volar a un asiento... Fue raro porqe estaban todos los asientos desocupados.

Sigue escribiendo Emilio =)
Cariños, Cata

calabaza dijo...

Ni te imaginas que pasé por lo mismo, me encontraba también en San Diego buscando el regalo perfecto para gorgar, me perdí porque no encontraba la tienda donde vendían el bendito comic, creo que estuve alrededor de una hr dandome vueltas hasta que lo encontré.
el maldito comic de jodorowsky costaba 13 mil pesos :/ .
nada más. horror!