El día cien

Antes de todo, quiero agradecer con honores a todos esos chilenos, y los no tanto, que han besado la bandera con ambas caras; me refiero con estas palabras a los exiliados y a los pertenecientes a pueblos extranjeros, que han venido a hacer sus vidas sufrientes y libertinas, a uno de los mundos más locos y poco comunes de la esfera rodante. Han abierto los ojos a nuevas tendencias, a mundos tan particulares, y quizás no tan diferentes a los demás, como el que he intentado construir con apego a mis principios y una gran iniciativa, (con un agradecimiento particular, por el muestrario que haya efectuado el F. Copano hace algunos años, sobre el mundo de las publicaciones líricas vía Internet).
En éste, mi tercer Blogspot consecutivo, que con el saludo y agradecimiento efectuado, ha quienes han dejado caer sus parpados con entusiasmo, se frecuenta ha cumplir su día o columna número cien al aire; con la intención de bendecir sin religión a los creadores mismos de tal obra, enfrentándose a una gran celebración interuniversal.

Muchos no creyeron que Emilio “el camaleón” Pittet, lo lograría, y aquí estamos, dándole la vuelta la mano a tantas agonías y descontroles de la infancia. Las historias y creaciones de todos los que cruzan y han incurrido en mi avenida de puertas abiertas y profundas, tienen cabida en aquel palacio fecundo de los sobrevivientes.

Hoy se pronuncia una gran celebración, y como tal, se fabricara una caravana desde Moneda hasta Plaza Italia, con celebridades urbanas de todo tipo, sin discriminar por color o talla del calzado. Se esperan cien personas con diferentes cualidades y características físicas, que leerán una historia cada diez minutos, (con pantallas gigantes, acomodadas especialmente para la transmisión que llegará a cada guarida existente en la faz de la tierra), con la intención de unir al mundo y el capital que finalizara en mi bolsillo… en el día de la travesía número cien.