15-05-2010

El deseo de muerte


Cada año más sólo cuando nazco en las cavernas del deseo,
(me vuelvo a desvanecer en hamacas de cristal).
Soplo las velas con mi madre veterana de carne y entusiasmada de la savia.
Con mis añejas lagrimas en los ojos llanos, que no son de defunción sino de vida.
Me recuesto en una cama empapada de lamentos no entendidos,
de los cuerpos muertos de mis herederos del vientre lastimero.
La melancolía no se pierde hasta el amanecer.

Sigues ahí – tan interiormente - y avanzas desollando linaje con el tiempo.
Hostigas tan vivo y a la vez tan muerto…

Soy integro y no una imagen social de mis deseos.

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