21-12-2006

El final del lider negativo de la historia nacional


Cuando estaba en medio de un asado de curso, que no era el mío, sino el de un pequeño gusanin, me enteré de la noticia que marcaría el paro en todo tipo de hogares, sociedades (nacionales e internacionales), seguramente sería calificada como la noticia del año aunque este estuviera terminando, de manera abrupta por tal comunicado.

El hombre de las tinieblas, de capa y anteojos oscuros había muerto como un simple vejestorio o un anciano rabioso por sus dolores físicos y mentales. Ya estaba bueno digo yo.

Aunque soy un ciudadano reciente, tampoco tan reciente, pero no muy antiguo, sé un poco de la historia de lo sucedido contada por todos los abuelos del país que para mi ya son padres o madres que viven del sufrimiento de sus recuerdos, un tópico que pega en mi frente y me hace recordar mis maneras.

Soy de la época de los 90’ y recuerdo esos comerciales andantes en que mediante camionetas se festejaban las nuevas postulaciones de un candidato que difundiría la tan anhelada y esperada democracia. En sueños se quedarían esas pretensiones porque el presidente de los 90’s no sería tan poderoso o grandioso como era el deseo de los millares de ciudadanos sufrientes de derechos humanos aniquilados.

Resulta que el final de líder negativo de la nación, de quizás todos los tiempos, no sería como en las películas de Batman o de Superman, sino que resultaría tan repugnante y asquerosa en aroma y fatalidad como quizás los recuerdos de esos hombres resentidos que han vivido todos los días de sus vidas en recuerdos precarios y estériles, hombres sin necesidades ni intereses de nuevas construcciones de vida.

El cajón más valioso, tapado por una bandera chilena y múltiples artilejos de poderío militar y de periodos de gobierno absoluto y antidemocrático, se impregnaron en la ceremonia de un final nacional, de un sentir eterno, de una unión falsa de país y de alma popular.

La familia sufre obviamente por el descanso de un senil que no sabía pensar ni caminar, los hombres populares disfrutan por el cierre de una etapa que ya hace tiempo debería haber sido tapada y enterrada... hoy se entierra el cuerpo y ojalá el sentimiento de venganza y antisociabilidad entre chilenos de todos los sectores políticos y humanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El viejo se murió y lo que viene es una labor larga y dinámica para ver cómo se recuerda o cómo se olvida al susodicho. Sólo espero que los involucrados en esta historia encuentren paz (y justicia) y que el resto aprenda de los errores pasados.

Saludos y suerte^_^